jueves, 9 de julio de 2009

Mi santuario.

Unos pocos metros cuadrados, cuatro paredes verdes, una ventana y una puerta que da a una terraza. Un armario, una cama, un escritorio, una silla roja con una lámpara a juego, dos mesillas, una silla amarilla, un espejo y muchos pósters tapando mi pared verde. Cajones desordenados, zapatillas y calcetines por el suelo, una mini-cadena, un baúl y un corcho lleno de fotos. Así es mi cuarto, mi santuario.
Es el lugar donde me refugio, ha visto casi todo. Me ha visto llorar, caer, gritar, desgarrarme, arañarme, sostenerme en pie gracias a unas cortinas que han terminado rotas. Me ha visto pegar, romper, agonizar, desesperar. Ha escuchado todas mis conversaciones telefónicas (y lo que no eran conversaciones), ha secado mis lágrimas con la almohada de su cama, ha escondido mi diario, mis cartas, todos mis secretos, ha cuidado de mí en silencio, me ha visto reir y enloquecer. Y con el paso de los años yo le he ido cuidando a él.
He cambiado el color de sus paredes: blancas, amarillas, lilas, magenta, amarillas de nuevo y finalmente, verdes. Por sus paredes han pasado desde muñecas de porcelana y puzzles de Disney hasta pósters de Victoria Francés.
Ha leído todos mis textos y me ha dado cobijo cuando no he querido saber nada del mundo. Ha sido mi casa, sumida en la oscuridad de las persianas bajadas, durante tres días seguidos en los que no quise saber nada del mundo. Me ha escuchado desear acabar con mi vida y sonreír jubilosa por sentirme la más afortunada de las chicas. Siempre ha estado conmigo, y si tuviera que decir de alguien que me conociera realmente bien, hablaría de él, pues lo sabe todo.

Y ahora, una vez más, necesito que me refugie entre su verde, color de la esperanza.

6 comentarios:

  1. Mi habitación también es mi santuario.
    Pero me acabo de mudar y esta ya no sabe nada de mi.
    Me duele haber dejado la otra, porque la dejé justo cuando deje de llorar cada noche y me hubiera gustado que me viera sonreir.
    Las habitaciones son importantes... :)

    Te echo de menos, espero que tengas muchas cosas (buenas) para contarme, yo no tengo muchas, la verdad solo me he peleado fuerte con mi ex por un tal jose ¬¬''

    bueno chica, me voy. Un beso :*
    Cuidate y que no sea mucha tristeza la que vea esa habitacion.

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  2. Yo me he cambiado de habitación, pero me gusta irme a la mia cuando tengo que reir, llorar, escribir o cualquiera de esas cosas importantes para mi.

    No estés triste, siempre hay algo por lo que sonreir (:

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  3. Es cierto, nuestra habitación es testigo de todos nuestros cambios...
    El día que me independice y me vaya de casa, me gustaría seguir teniendo mi habitación, mi santuario, porque me hace sentir segura, es un buen conocido que siempre está ahí para lo bueno y lo malo.
    La mía sufre constantes cambios de pósteres, pero aún está llena de cuadros de Disney, Barbies y otras muchas más cosas... sigue siendo una habitación de niña, aunque invadida por libros y música.
    Las paredes... azules.

    Muchos besos, qué maravilla que haya otro lugar más donde te pueda encontrar.

    V

    P.D. Qué curioso, estaba dibujando algo de Victoria Francés...

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  4. Yo cambié de habitación hace algunos años, aunque me encanta la que tengo ahora, de vez en cuando voy a mi otra habitación y me paso las horas muertas, me encanta x)

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  5. La esperanza siempre es la compañera, la que nos entiende, y la que creemos que nunca está pero siempre aparece.

    Slaudos y ánimo.

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