miércoles, 15 de diciembre de 2010

Esa persona existe, y hoy cumple 17 años

Existe, esa persona que todos buscamos existe de verdad; hoy hace diecisiete años que abrió por primera vez sus ojos marrones. Y por eso voy a hablaros un poco de él, porque creo que merecéis saber que existe una persona tan alucinante y, ya de paso, moriros un poco de envidia por ser yo la afortunada que le tiene en su vida.
No sé muy bien por dónde empezar, así que lo haré por el principio, por esa primera vez que le vi. ¿Creéis en el amor a primera vista? ¿No? Yo tampoco, y sin embargo, cuando le vi, sentí algo. Y no sé si fue la intensidad del marron de sus ojos o la fuerza de su mirada, el tono de su voz o la fuerza de sus palabras, la gracia de sus gestos o el tacto de su piel dándome la mano por primera vez o qué fue; pero solo era capaz de mirarle con fascinación y pensar "es él". Es él, es él, es él ¿qué, qué? Ni yo lo sabía, pero fue como encontrar aquella sonrisa que llevaba imaginando más de mil vidas. Ya sabéis, dicen que cuando conoces a esa persona, lo sabes, y que además lo sientes. Crees que lo has visto todo, que tienes toda tu vida bien organizada y estructurada, y de repente aparece un guapo de esos de desmayarse y no sabes que has hecho con los esquemas que llevaban el contro de tu vida hace unos segundos.
Pero de esa primera vista a como es la persona en realidad hay mucho, y tu idea de esa persona puede cambiar totalmente. Me costó admitirlo, pero a él no le costó nada enamorarme. Sin irremedio, incondicionalmente, con todas mis fuerzas y hasta el borde de la locura, más allá de él, donde los deseos se hacen realidad y la realidad parece el mundo que hay al otro lado del arcoiris. Porque al conocerle, en vez de pasarme como todos decían que pasaría (que me daría cuenta de que no me merecía, que era malo y no sé qué y no sé cuántos) descubrí una existencia absolutamente superior a todo lo que conocía hasta el momento. Quedé fascinada ante su genuino ingenio que entraba por mis oídos como una aletargante melodía. Él no lo aparentaba, pero yo vi su lado más íntimo, el más sensible, y quedaba como una estúpida cada vez que frente a los demás demostraba ser todo lo contrario. Humano, humanísimo, una persona que nunca ha tenido miedo a mostrarse tal y como es frente a mí. Un radar, un detector de tristezas o algo así tiene, porque, mágicamente, siempre que necesitaba su voz me llamaba. Y cuando no admitía necesitarlo pero mi corazón gritaba como si le fuera la vida en ello su nombre, también. Desde que le conozco no he sido capaz de encontrar una palabra mejor para expresar el amor, la ternura, la amistad, la lealtad, la comprensión, la complicidad, la felicidad, la sorpresa, la ilusión, la esperanza, la motivación, la fuerza, el ímpetu, el esfuerzo, la entrega, el todo: la vida. Jaime, ese es nombre.
No os he hablado antes de él, quizá por miedo, quizá por orgullo; pero hoy quiero hacerlo. Quiero que todos sepáis que es hoy de hace diecisiete años cuando él llegó a este mundo y lo llenó de buenos motivos con el simple sonido de su risa. Y por compartir conmigo todo lo que comparte, por quererme y dejarme quererle, le doy las gracias.
Sí, existe, mi persona favorita de mis humanos preferidos existe. ES ÉL.
¡FELICIDADES BONITO!

jueves, 7 de octubre de 2010

Marytetas: sobran palabras

Un día me desperté y mi madre me dijo: Laura, que vas a llegar tarde al cole. Sí, aquel día significó el final de mis vacaciones de verano, y debo reconocer que no tenía naaaaada de ganas de empezar el nuevo curso escolar. Pero, al igual que significó el fin del verano, también significó el comienzo de algo. ¿De qué? Pues de una nueva amistad.
Ella era nueva. Cuando la ví, pensé "es mona" y según iban avanzando las clases más me picaba la curiosidad por conocerla. En el recreo me decidí a hablarla, y la idea de que era mona tenía un complemento: y además, simpática. Y así fue como empezó todo. Supongo que querréis saber cómo es ella ahora que ya la conozco y que esa primera impresión se ha quedado en el recuerdo, ¿no? Y si no queréis saberlo me da igual, os lo voy a contar de todas maneras.
Ella es alta, guapa y con mucha pechonalidad. Este último dato solo lo añado para que entendáis por qué es Marytetas. Es la persona más divertida que he conocido en mi vida. Y no me refiero a que se sepa los mejores chistes del mundo ni a que sea una monologuista de la hostia, y mucho menos a que sea tan torpe que me paso la vida riéndome de ella, para nada. Me refiero a que es la persona que hace de una cosa común lo más divertido del mundo, que le da gracia a algo que con cualquier otra persona habría sido un "cri cri" enorme, que puede hacerme reír durante media hora seguida a carcajada limpia, que tiene los comentarios más ingeniosos y además la salen improvisando. Además es una persona con una capacidad de empatía envidiable, de carácter agradable, sociable, que sabe perdonar... Es una de esas chicas que enamoran con la mirada, pero que no se enamoran de cualquier sonrisa. Ahora, como le guste una sonrisa ¡no la suelta!
Podría pasarme horas hablando de ella, de la gran persona que es, de lo que la cuesta sentarse a estudiar, de lo geniales que son las tardes en el mercadona con ella (que por cierto, tanto echo de menos), de lo divertido que es ver la MTV con ella... Un sin fin de cosas... Pero en vez de eso os hablaré de lo gran amiga que es.
No, como amiga ella no tiene precio. Es esa amiga que siempre sabe escucharte, que te conoce tan bien que aunque tú intentes engañarte ella sabe que a los dos días reconocerás que estabas intentando evitar la verdad, que te entiende sin que tengas que decir nada, que está a tu lado aunque te había avisado de que si hacías algo acabarías mal parada, que sabe pedir perdón cuando se ha equivocado, que aunque ella esté mal, si la necesitas, estará para ti, que tiene paciencia... Y, por si fuera como, comparte contigo un paralelismo amoroso que es como un círculo vicioso, por lo tanto te entiende mejor que nadie.
Que no sé, que como amiga es un tesoro y nunca me había parado a escribirla nada... Realmente se lo merece, se merece que la escriba y mucho más. Se lo merece todo en esta vida, porque alguien como ella solo debería tener buenas experiencias.....
Marytetas, por muchos más años juntas :)

viernes, 20 de agosto de 2010

Tengo un primo casi viejo

Veite años. Para aquellos que los han superado podrían ser la juventud plena, lo que se suele llamar "la flor de la vida", cuando prácticamente todo se centra en hacer locuras que con el tiempo dejaron atrás. En cambio, para aquellos que aún no los han alcanzado son la pre-vejez, esa edad que te da toda esa responsabilidad que llevas tanto tiempo queriendo evitar. Pero ¿y para los que están en ellos?
Tal vez podríais llamarme arrogante por escribir sobre unos años a los que aún no he llegado, pero antes de que lo hagáis os diré que como inmadura observadora algo sé sobre los mismos. ¿Cómo? Los hijos de los amigos de mis padres siempre eran mayores que yo, y mis primos también lo son. Hablando de primos, ¡por uno de ellos estoy escribiendo esto!
Si no fuera porque la pequeña soy yo, diría que le he visto crecer. Tuvo esa etapa que tiene todo ser humano niño en la que lo destroza todo, es malo y le gusta chinchar a las pobres e indefensas criaturas femeninas de menor edad. Sí, esa era yo. Recuerdo perfectamente que no quería ni verle. Me asustaba. Era una especie de pequeño diablillo con cara de pillo, y peor, eran dos, porque él tiene un hermano mayor. Con los años fue cambiando: dejó de ser ese torbellino sin ningún tipo de conciencia y pasó a ser el primo contestón que tantas sonrisas me sacaba. Era divertido, un chiste tras otro. Empecé a pasármelo bien con él, viendo como vacilaba a mi tío o a los abuelos. Era realmente divertido. Solo quería ir a las comidas familiares si iban ellos dos. Aunque tenía la cabeza en otro sitio, quién sabe dónde... Diría que era mi primo rebelde. Pero no era malo... Más tarde asentó la cabeza, se hechó novia y mejoró en sus estudios. Un gran progreso, sin duda. Ya no tenía esa cara de pillo que tanto me asustaba de pequeña, ahora parecía más... ¿Un hombre? No, aún no. Con veinte años se es un hombrecillo, con los rasgos más marcados, pero un hombrecillo al fin y al cabo. Eso sí, su sentido del humor sigue intacto. Porque, no sé, supongo que será la manera de decir las cosas lo que las hace más divertidas que si las dijera otra persona. O su forma de entender la vida, y de vivirla.
A los cinco años habría dicho que un veinteañero es sin duda un viejo. A los diez me parecía igual. A los quince eran demasiado mayores para mí, y tampoco me gustaban sus rasgos marcados. Ahora tengo diecisiete, y aunque encajo perfectamente en la descripción de "no quiero llegar a ellos, me sentiré muy mayor" ya no tengo para nada esa mentalidad de "viejo". ¿Mi primo, un viejo? El que lo diga no le conoce. En el fondo los años no le han cambiado tanto... Sigue con ese "espíritu rebelde", sus ropas de niño pijo, sus orejas agujereadas, su sentido del humor, sus ganas de pasarlo bien... Y ese sentimiento tan fuerte que le une a aquella chica que aún es su novia. O al menos hasta ayer todo era así.
Hoy, veinte de agosto, es su cumpleaños. Ayer tenía diecinueve, y no sé qué efectos secundarios tendrán en él los veinte... En realidad sigue siendo el mismo chiquillo impaciente, porque anoche, ya pasadas las doce, vino a quejarse de que su primita no le felicitaba. ¿No os molesta cuando la gente no os da la oportunidad de situaros en la situación espacio-temporal y reaccionar cuando es debido? Para mí no es veinte hasta que me acuesto y me levanto. Aunque debo reconocer que cuando soy yo la que cumple años hago lo mismo que hizo él. A lo mejor es que aunque en su DNI ponga que tiene veinte años él sigue con los diecisiete... Porque realmente ¡no creo que yo tenga la madurez de los veinte!
De cualquier manera, no sé qué se sentira al dejar atrás las decenas y meterse con las veintenas, pero estoy segura de que madure lo que madure, viva lo que viva y cambie lo que cambie... Siempre seguirá sacando sonrisas allá donde vaya. Supongo que es parte de su encanto, ¿no?

Felicidades, ¡VIEJO!

P.D.: espero que no se crea mucho todo lo que he escrito, que sino va a tener el ego ¡por las nubes!

lunes, 2 de agosto de 2010

Chibi-Joy

Esa chica timida, de pelo negro, largo y liso, piel blanco-roto y mirada asiatica ya se ha ido. Tiene dieciseis años, personalidad tranquila y muy claro lo que quiere. Amante de la fotografia, ella es el blanco de mi negro. He compartido en mes con ella, durmiendo en la misma habitacion, cenando en la misma mesa, tomando leche cada noche antes de ir a la cama... Dicen que la convivencia es dificil, pero convivir con ella ha sido como respirar.
Ella es de Taiwan, y yo de España. Hemos vivido juntas en San Francisco, siendo exchange students. Hay tanto que decir que no tengo palabras: ha sido como tener una hermana pequeña. Parecidas en casi todo excepto dos cosas: toda su ropa son colores claros, la mia oscuros y fuertes; es una chica de salado, yo prefiero el dulce. Por lo demas es como mi calcamonia, mi doble asiatica, una gemela. Dos hijas unicas unidas por un mes, que aunque al principio no sabian que compartir han terminado llorando a la hora de despedirse.
El tiempo vuela, las horas se escapan y un mes ha sido como una semana. Aun no me puedo creer que no vaya a volver a verla, porque seamos sinceros: yo la he invitado a España, y ella a mi a Taiwan, pero cuantas posibilidades hay de que una de las dos vaya con la otra? Menos del 50%, diria yo. Por eso le deseo a ella, a Joy, a mi roomate, mi little sister, que alcance todas sus metas, que sepa ingles tan bien como pretende hablarlo, que elija la carrera que elija sea feliz, que Eric la haya echado de menos tanto como ella le ha echado de menos a el, y sobre todo espero que sea MUY feliz y tenga suerte en su vida.
. Medio mundo quiza no sea tanto, al menos no para tener la misma mentalidadPorque? Solo por haber compartido un mes con ella? Si, solo por eso. Porque me ha enseñado que no importa de que parte del mundo seas, en que dios creas, cual sea tu comida, tu cultura o tus costumbres, cuanto duren tus vacaciones o tu definicion del amor: al final una adolescente es una adolescente, en España y en Taiwan. Lo que me hace pensar que quiza la mentalidad, la forma de ser, no esta guiada por tu lugar de procedencia, sino por la cantidad de dinero que tienes... Pero eso ahora da igual.
Ahora esto va de decir adios, de un see you soon y un nice to meet you! (aunque hemos acabado muy cansadas de que todo el mundo nos dijera eso con sonrisas forzadas) I'll miss you y dos sonrisas empapadas en lagrimas, un abrazo y ya esta, todo lo que hemos sido queda reducido a el recuerdo. Pero no lo olvides Joy, da igual cuan lejos estemos, I'm by your side.
Solo me queda darle las gracias por compartir conmigo estos dias, por completar mi viaje y enseñarme algunas palabras en Chino. Gracias por cada momento. Gracias por todo, y hasta la proxima. Ahora puedo decir, no solo que tengo una amiga taiwanesa, sino que tengo una hermana.

viernes, 28 de mayo de 2010

Mi rusa favorita.

Ella es joven, hoy cumple dieciséis años. Es bonita, simpática, divertida, loca, irresponsable, imprudente, descontrolada... Es ella, única e irrepetible, y sin duda es una de las mejores amigas con las que alguien podría contar.

¿Que por qué? Esa es una pregunta fácil: porque ella es esa clase de amiga capaz de renunciar al chico que le gusta si a ti también te gusta, ese tipo de amiga que se desvive por que tú estés con él porque está absolutamente convencida de que es como tienen que ser las cosas, aunque en la realidad no sea así. Es la chica que siempre sabe qué decir.

No la conozco desde hace mucho, pero tampoco necesito mucho tiempo para saber que merece la pena tenerla como amiga. ¿Quién dijo que los verdaderos amigos son los que conoces de siempre? Lo siento, pero no estoy de acuerdo. ¿Cuánto hace, ocho meses? Sí, ocho meses. Y en ocho meses la rusa más loca del mercado me ha demostrado que la vida se puede exprimir mucho más de lo que pensaba, que cada mala situación viene acompañada de una sonrisa de una gran amiga, que pase lo que pase merece la pena seguir al pie del cañon y que las sonrisas están mucho más valoradas que que el oro.

Por eso, por ser tan grande, por enseñarme tantas cosas, por estar a mi lado, por abrazarme en los momentos difíciles, por reír conmigo en los momentos propios de adolescentes, por ser esa amiga que siempre he querido tener, por demostrarme que es posible anteponer la amistad a cualquier otra cosa en este mundo, le escribo esto hoy a ella.

jueves, 11 de marzo de 2010

Miedo número tres.

¿Sabéis? Yo antes creía que las personas sólo podemos enamorarnos una vez en nuestra vida. Ahora sé que estaba equvicada, pero aún así creo que tiene que existir un número límite de veces que una persona se puede enamorar. Porque si no, ¿qué gracia tiene? Iríamos por la vida enamorándonos a nuestro antojo y nunca podríamos destacar uno sobre otro. Ni siquiera nos sentiríamos mejor cuando quisiéramos a alguien, porque no tendría nada de especial levantarse cada mañana esperando verle, o sonreír por nada, o tener ganas de todo... O luchar por algo, tener ilusión y escribir una historia junto a otra persona. Y esto me lleva a mi tercer miedo: me da miedo no volver a sentirme así.
Tengo miedo de que dos sean el número límite de veces que una persona humana se puede enamorar de otra. No sé, pero pensadlo. ¿Y si no volviérais a tener ganas de saltar de la cama nunca más? ¿Y si no hay una media naranja por ahí suelta esperándoos? ¿Y si no volvéis a encontrar motivos para ver el cielo rosa o esforzaros en conseguir algo? No me gustaría, no me gustaría nada. Mis amigos dicen que soy una enamorada del amor, y si eso es cierto no podría soportar no volver a enamorarme, no sentir esos nerviosa o que mis mejillas no se volvieran a sonrojar de una manera especial. Que yo que sé, igual es una paranoia mía y soy muy joven o hablo del amor sin realmente saber lo que es... Pero sí, yo creo que sé lo que es el amor. Necesitar a alguien, sentir su sangre por tus venas, que sobre el oxígeno, darlo TODO por esa persona, anteponer su felicidad a la tuya... ¡Tantas cosas! O al menos así lo veo yo, supongo que el amor es muy subjetivo. Pero, ¿y si no vuelvo a querer darlo todo por alguien, y si me empieza a importar llorar y me deja de importar la felicidad de la otra persona? Que no, que yo no podría vivir así, jolin.
Me da mucho miedo no volver a sentirme así.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Cuchi.

No sabría qué decir a cerca de Cuchi, de mi Cuchi.
Hay veces que conocemos a una persona, y nos resulta raro. Raro porque ha dicho algo que no encaja en nuestros mapas mentales de persona normal. Pero algo dentro de nosotros nos obliga a darle una oportunidad a esa persona que hemos calificado con el adjetivo raro y seguimos hablando con esa persona. Así fue con Cuchi.
Y la verdad es que siempre me he alegrado mucho de haber ignorado a mis esquemas mentales y haberle dado la oportunidad de darse a conocer y demostrarme que a veces las primeras impresiones fallan.
Cuchi me ha demostrado muchas cosas: cosas que merece la pena saber, cosas de las que merece la pena burlarse, cosas que nadie quiere saber pero que hay que saber, cosas que duele saber, cosas que es mejor ignorar... Cuchi me ha abierto los ojos a muchas cosas. Cuchi ha sido borde conmigo, ha sido amable, ha faltado y ha estado, me ha hecho reír y me ha hecho llorar, me ha dejado abrazarle en una reunión friki y me ha enseñado una cara diferente de cada realidad. Cuchi ha sido muchas cosas.
Y nos hemos peleado, ¡claro que nos hemos peleado! Cuchi y yo nos hemos dicho de todo, pero siempre, hasta en el peor de los momentos, hemos sido capaces de solucionarlo. Pero parece que esta vez es diferente, que Cuchi me dice adiós para siempre.
Si yo fuera vosotros ahora me diría "nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde", pero yo siempre he sabido qué clase de tesoro era Cuchi. Es por eso que sé que este texto llega tarde y que todo lo que pueda escribir aquí tendría que haberlo dicho hace mucho.
Que lo primero que me gustaría decirle es que gracias. Gracias por todo.
Que lo segundo sería que lo siento. Lo siento por todas las veces que he sido borde sin tener que serlo, que me he puesto celosa cuando no tenía siquiera derecho, que he liado las cosas con mis paranoias.
Que lo tercero que le diría podría ser que le voy a echar de menos, porque independientemente de quién tenga la culpa esta vez, no es lo mismo conectarme y que no me llegue un absurdo mensaje de voz que me da pereza escuchar.
Que lo cuarto le pediría que, ahora que no voy a saber de él, me permita al menos tener la certeza de que va a ser feliz, porque es lo que se merece, toda la felicidad del mundo y más.
Y que por último le diría que le quiero.
Esto no debería ser una despedida, porque yo hace tiempo que pensaba hablaros sobre Cuchi, pero creo que se me pasó el tiempo. Es como llegar a la estación y ver que el tren ha partido, y quedarte mirando el tren pensando "pues vaya" y resignarte. Sí, supongo que podría definirse así. No sé, creo que empiezo a delirar.
Pero que sepáis que, aunque tenga sus puntos, sus bipolaridades y su mala hostia, Cuchi mola mucho, y Cuchi me ha hecho muy feliz.

viernes, 29 de enero de 2010

Mi persona favorita entre mis humanos favoritos.

Me gustaría poder decir que es alto, que tiene un alucinante pelo negro -negro petróleo-, que tiene unos preciosos ojos verdes en los que me pierdo cada vez que me mira, que su boca es perfecta cuando me sonríe, cuando aprieta los labios, cuando se enfada, cuando tuerce el morro, cuando se queda entreabierta, cuando me busca, cuando me besa, que la textura de sus labios supera al terciopelo o a la seda de mejor calidad que te puedas encontrar, que sus besos saben a sorbete de frambuesa, que su piel blanquecina parece hecha para mi piel de porcelana, que sus manos son las manos de el único artista que sabe como hacer de mi cuerpo una escultura -al recorrerlo-, que su voz es la única voz que parece música siempre -aunque me esté diciendo las cosas más horribles del mundo porque nos estamos peleando-, que su mente es un complejo laberinto que sólo me ha dejado descifrar a mí, que su corazón es el más puro y bondadoso del mundo -y que cuando escucho sus latidos el mío se sincroniza con el suyo-. Me gustaría poder decir que él es la única persona que es capaz de quitarme la respiración con solo rozarme, que sonroja mis mejillas con solo mirarme, que dibuja mis sonrisas a su antojo, que es capaz de hacerme llorar y reír a la vez, que dentro de su complejidad yo he sido capaz de escribir un manual, que a pesar de ir de duro por la vida, de machote, de maduro, de pasota y de borde que no cree en el amor y aborrece las cursiladas es el hombre más tierno, dulce, apetecible, adorable, romántico, protector y enamorado (de mi) que he conocido en mi vida. Me gustaría poder decir que yo también soy su persona favorita entre sus humanos favoritos y poder decir que estamos totalmente seguros de que lo nuestro es para siempre -pero de verdad-, que a su lado los te quiero superarán al paraíso y no me parecerá que el te amo nos venga grande -sino que nos quedará pequeño-. Y sobre todo me gustaría poder ponerle un nombre.
Porque no puedo, porque por suerte o por desgracia aún no conozco a ese hombre que llevo toda mi vida idealizando y que cuando aparezca me hará sentir que realmente el mundo es tan maravilloso como muchos dicen. En realidad me hubiera gustado poder decir que Jota -el inombrable- es mi persona favorita entre mis humanos favoritos; pero supongo que no puedo decir eso de una persona con la que hablo una vez cada dos meses. Además, Jota -el inombrable- fue mi primer amor, pero el primer amor no tienen por qué ser el amor de nuestra vida; y supongo que diecisiete son pocos inviernos como para haber encontrado al hombre que se quedará -a mi lado- todos los inviernos que me restan.
¿Cuándo vendrá?
¿De dónde vendrá?
¿Quién será?
¿Cómo será?
¿Se parecerá a mi prototipo,
o no se parecerá?
Ah, ¡cuántas preguntas sin respuesta! Y me pregunto aún otra más:
¿Cuánto tendré que esperar para poder responderlas todas?
Supongo que todos idealizamos al amor de nuestra vida porque estamos educados para enamorarnos, casarnos y formar una familia. ¡He pensado tantas veces en él, le he dicho tantas cosas sin saber quién es y le he prometido tanto que cuando vuelva no tendré ni tiempo para hacerlo todo! Realmente no podré creérmelo el día que aparezca. Y cuando le vea, sabré que es él. Lo sabré -no solo porque todo el mundo diga que cuando aparece sabes que será para siempre- porque estaré tan agusto a su lado que ni siquiera me acordaré de que estaba buscando a mi persona favorita entre mis humanos preferidos. Y cuando le encuentre vendré corriendo a contároslo.
Sí, es una promesa -de las que se cumplen-.

sábado, 16 de enero de 2010

Diecisiete velas en mi tarta.

1. Por mi primer paso.
2. Por mi primer sueño.
3. Por mi primer día de cole.
4. Por mi primera ilusión.
5. Por el primer diente que se me cayó.
6. Por el que dije que iba a ser mi marido.
7. Porque ya lo entenderás cuando seas mayor.
8. Porque quiero ser mayor ¡YA!
9. Por mi primera decepción.
10. Porque ya es cifra doble.
11. Porque acabo primaria.
12. Porque jo que mayor me creo.
13. Porque qué bien sienta la tontería.
14. Porque que bonito es el primer beso.
15. Porque como duele la primera ruptura.
16. Porque la vida es para improvisarla.
17. Porque empiezo a entederlo todo...

Autofelicidades to me!!

miércoles, 6 de enero de 2010

Mis propósitos para el 2010:

1. Cumplir todos los propósitos.
2. No rendirme nunca.
3. Ser mejor persona.
4. Ser más constante.
5. Esforzarme más.
6. Reducir los caprichos.
7. Perseguir mis sueños.
8. Poner fuerza de voluntad en todo.
9. Echarme novio.
10. Ser fuerte.
11. Adelgazar (como todos los años...)
12. Que el año que viene no se repitan los mismo propósitos.
13. No llorar si no merece la pena de verdad.
14. Ser más independiente.
15. SER FELIZ