miércoles, 3 de febrero de 2010

Cuchi.

No sabría qué decir a cerca de Cuchi, de mi Cuchi.
Hay veces que conocemos a una persona, y nos resulta raro. Raro porque ha dicho algo que no encaja en nuestros mapas mentales de persona normal. Pero algo dentro de nosotros nos obliga a darle una oportunidad a esa persona que hemos calificado con el adjetivo raro y seguimos hablando con esa persona. Así fue con Cuchi.
Y la verdad es que siempre me he alegrado mucho de haber ignorado a mis esquemas mentales y haberle dado la oportunidad de darse a conocer y demostrarme que a veces las primeras impresiones fallan.
Cuchi me ha demostrado muchas cosas: cosas que merece la pena saber, cosas de las que merece la pena burlarse, cosas que nadie quiere saber pero que hay que saber, cosas que duele saber, cosas que es mejor ignorar... Cuchi me ha abierto los ojos a muchas cosas. Cuchi ha sido borde conmigo, ha sido amable, ha faltado y ha estado, me ha hecho reír y me ha hecho llorar, me ha dejado abrazarle en una reunión friki y me ha enseñado una cara diferente de cada realidad. Cuchi ha sido muchas cosas.
Y nos hemos peleado, ¡claro que nos hemos peleado! Cuchi y yo nos hemos dicho de todo, pero siempre, hasta en el peor de los momentos, hemos sido capaces de solucionarlo. Pero parece que esta vez es diferente, que Cuchi me dice adiós para siempre.
Si yo fuera vosotros ahora me diría "nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde", pero yo siempre he sabido qué clase de tesoro era Cuchi. Es por eso que sé que este texto llega tarde y que todo lo que pueda escribir aquí tendría que haberlo dicho hace mucho.
Que lo primero que me gustaría decirle es que gracias. Gracias por todo.
Que lo segundo sería que lo siento. Lo siento por todas las veces que he sido borde sin tener que serlo, que me he puesto celosa cuando no tenía siquiera derecho, que he liado las cosas con mis paranoias.
Que lo tercero que le diría podría ser que le voy a echar de menos, porque independientemente de quién tenga la culpa esta vez, no es lo mismo conectarme y que no me llegue un absurdo mensaje de voz que me da pereza escuchar.
Que lo cuarto le pediría que, ahora que no voy a saber de él, me permita al menos tener la certeza de que va a ser feliz, porque es lo que se merece, toda la felicidad del mundo y más.
Y que por último le diría que le quiero.
Esto no debería ser una despedida, porque yo hace tiempo que pensaba hablaros sobre Cuchi, pero creo que se me pasó el tiempo. Es como llegar a la estación y ver que el tren ha partido, y quedarte mirando el tren pensando "pues vaya" y resignarte. Sí, supongo que podría definirse así. No sé, creo que empiezo a delirar.
Pero que sepáis que, aunque tenga sus puntos, sus bipolaridades y su mala hostia, Cuchi mola mucho, y Cuchi me ha hecho muy feliz.

3 comentarios:

  1. Es triste perder a un amigo o una amiga que vale mucho, y te das cuenta tarde. Espero que se arreglen las cosas, porque por lo que has escrito, Cuchi es un amigo que vale la pena.

    Adioos ♥ !

    PD: Creo que es primera vez que comento.

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  2. Cuchi te sigue queriendo.

    Y aunque ayer cuando lo leí me resigne a ablandarme... hoy no puedo.

    Te quiero, Laura.

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  3. estas segura de que le pierdes pra siempre? espero q no

    xcierto, me encanta tu entrada anterior!

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